2 may 2008

'Mozartnu 1986-2008': Cuerpo, espacio y tiempo



Los que piensen que las segundas partes no son buenas quedarán sorprendidos con la nueva versión que Iago Pericot ha hecho de su propio espectáculo MozartNú. Un espectáculo con una amplia historia no falta de anécdotas.

Iago Pericot es un maestro de escenógrafos. Referencia inevitable en el teatro catalán y español. Todos podremos recordar espectáculos de Els Joglars tan míticos como Mary d’ous. Todo un estudio de las propiedades y significados del espacio escénico.







Otro espectáculo emblemático fue Rebel delirium, donde, a modo de site-specific, intervino en una estación de metro abandonada para potenciar el discurso de opresión y marginalidad de su obra.
Aunque algunos señalan que su anterior trabajo para teatro es El mundo de la luna de Haydn (montaje de 2006, de gran aceptación en Venecia), encontramos que hace un año realizó la escenografía de "Nausica" de Joan Maragall. [En este documento se incluyen sus bocetos espaciales, así como los de vestuario de Nina Pawlowsky, reciente ganadora del premio ADE en esta categoría]
Hace años ya se le hizo una excelente exposición a este inquieto creador que cuenta, entre otros, con las siguientes distinciones: Premi Nacional d’Arts Escèniques. Generalitat de Catalunya. 1990; Premio Nacional de Escenografia “Josep Caudi”, 1990; Medalla d’Or al Mèrit Artístic
de l’Ajuntament de Barcelona, 2000...

El nuevo MozartNú cuenta con la enorme belleza y sugestión que ya contaba en su versión original. La propuesta de actualizar el montaje habla del carácter arriesgado y autocrítico de Pericot. El hecho de que sean, una vez más, los mismos intérpretes quienes ejecuten la pieza imprime un abanico de lecturas al más puro estilo Einsteiniano, donde uno no sabe si ha ido al teatro o se ha metido en un túnel del tiempo. Para volvernos a traer a la realidad están los nuevos intérpretes que, con un lenguaje corporal violento y actual, nos recuerdan cómo es la realidad de la calle, del día a día, del telediario... Se trata de todo un acierto el introducir estos elementos temporales en el espacio escénico. Todo un conflicto escénico y belleza en toda su potencia para el espectador.

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